COLUMNAS DE OPINIÓN

Recursos Humanos en el Sector Público Chileno: El desafío pendiente (Segunda Parte)

Como ha sido discutido en la primera parte de esta columna de opinión, la legislación no ofrece un escenario muy apropiado para el desempeño y desarrollo del funcionario dentro de la estructura de los recursos humanos públicos en Chile; ahora bien, existen variados temas que no dejan de ser menos importantes, como la “Carrera Funcionaria”. La Ley N° 18.834 (Estatuto Administrativo) la define como: “Un sistema integral que de regulación de empleo público, aplicable al personal titular de planta, fundado en principios jerárquicos, profesionales y técnicos, que garantiza la igualdad de oportunidades para el ingreso, la dignidad de la función pública, la capacitación y el ascenso, la estabilidad en el empleo, y la objetividad en las calificaciones en función del mérito y de la antigüedad” (Artículo 3, letra f). Es posible observar que la ley es muy clara referida a los derechos y deberes de los funcionarios, pero se enfoca mucho en la calidad de la planta, a su vez, lo hace en las otras dos (Contrata y Honorarios), pero el texto es claro con respecto a ellos. Ahora bien, el fenómeno estructural de la planta funcionaria va en detrimento o retirada, y eso es posible verlo todos los días en las distintas reparticiones públicas, entonces queda la deuda pendiente con los otros estamentos.

Otro asunto importante son las calificaciones y el desarrollo organizacional; el primero se encuentra definido en el Decreto Supremo N°1825/1998 (Reglamento general de Calificaciones de la administración pública), la cual tiene por objeto “evaluar el desempeño y las aptitudes de cada funcionario, atendidas las exigencias y características de su cargo. Servirá de base para el ascenso, los estímulos y la eliminación del servicio” (artículo 1). También “todos los funcionarios, incluido el personal a contrata, serán calificados anualmente en alguna de las siguientes listas: Lista Nº 1, de Distinción; Lista Nº 2, Buena; Lista Nº 3, Condicional, y Lista Nº 4, de Eliminación” (artículo 2). Además agrega,“los funcionarios que intervengan en el proceso calificatorio deberán actuar con responsabilidad, imparcialidad, objetividad y cabal conocimiento de las normas legales relativas a calificaciones y de las previstas en este reglamento, al formular cada uno de los conceptos y notas sobre los méritos o deficiencias de los empleados. La forma en que lleven a cabo este proceso deberá considerarse para los efectos de su propia calificación” (artículo 4). Siguiendo estas normativas, queda de lleno que la discrecionalidad para evaluar es muy clara y es una realidad preponderante, tampoco existe una homologación de los criterios a implementar y sistemas, lo que repercute en que “el jefe sabrá cómo lo hace” o casos parecidos.  

Por último, en el ámbito del desarrollo organizacional, se están realizando esfuerzos en cuanto a la implementación de las normas de calidad internacionales (ISO 9001:2008, etc.), plataformas computacionales para ordenar los procedimientos y muchas otras medidas que se implementan hace muy poco tiempo. Pero la resistencia al cambio, prácticas laborales y de aplicación del trabajo tendiente a la duplicidad de información, la sobre estructuración de los procesos y procedimientos, hacen que se recargue más y más los problemas de fondo y forma que tiene el aparataje estatal; sobretodo el centralizado, en donde estas problemáticas se ven reflejas aún más.

Esperemos que las reformas y cambios tengan un debido análisis y consenso político-administrativo para crearlas, implementarlas y gestionarlas; en pos de un Estado más eficiente y de una mejor administración pública chilena para sus integrantes y para todos los chilenos. 

José Miguel Varas Carus

Socio Fundador de  www.paisproactivo.cl

El autor de esta columna de opinión es Administrador Público y Diplomado en Estudios Políticos y Contemporáneos de la Universidad de Santiago de Chile. Actualmente realiza labores profesionales en el Servicio Agrícola y Ganadero del Ministerio de Agricultura y actividades docentes en la Universidad de Santiago de Chile y Universidad Central.

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