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COLUMNAS DE OPINIÓN


FECHA: 31-05-2010
La Educación y la nueva forma de gobernar

Escrito por Gerard J. Toro
Columna de opinión acerca de los desafíos en educación para el nuevo gobierno


La educación y la nueva forma de gobernar

 

No es de mi interés hacer una crítica al gobierno que actualmente dirige nuestro país, por lo menos no todavía. Sin embargo, creo no herir ninguna susceptibilidad al expresar algunos de mis deseos a través de esta tribuna.

 

En particular, hoy daré una breve opinión sobre uno de los temas más importantes del país: La realidad educacional.

 

En primera instancia, siempre debemos reconocer que este es un tema tan fundamental y complejo que trasciende cualquier color político. La educación siempre será una de las bases en la cual se sustenta cualquier sociedad. Marca nuestro presente y define como será nuestro futuro, es por ello que es primordial comenzar a construir una buena educación desde hoy, porque eso repercutirá en como se desarrollarán las próximas generaciones.

 

Sabido esto, creo que resulta lógico que uno se preocupe de la manera en que el actual gobierno enfocará el tema educacional. Ya mucho se ha pronunciado la frase: “Una nueva forma de gobernar”. Por lo que me quiero detener en ella un instante.

 

Yo si creo que la educación requiere una nueva mirada, por lo que es mi sincera esperanza que la nueva forma de gobernar pueda materializarse de buena manera en este tema en particular.

 

Por años la educación se ha visto como una obligación moral para el Estado y, por mucho que esa frase nos tienda a confundir, eso está mal. El Estado ve la educación como un beneficio que debe entregar a las personas. Tal y como nosotros vemos la ayuda que le damos a alguien que no tiene nada que ver con nosotros.

 

Dentro de ese concepto, vemos como el gobierno entrega becas y créditos desentendiéndose de lo que pase después con el alumno. Dándonos a entender que su solitario objetivo ya fue cumplido; el alumno pudo entrar a la universidad, pero, no intenta dar un seguimiento a la educación que se le está entregando (por poner sólo un ejemplo).

 

A raíz de esta desatención, es que ocurren casos tan bullados como el de la estafa a los beneficiados con la Beca Valech en la Uniacc o aquellas carreras que se crean sin tener campo laboral (Criminalística en la Utem). Es claro que existe una inmensa desatención hacia la calidad de la educación que entregan los establecimientos, tanto en la educación básica, como en la media y universitaria.

 

El Estado entrega recursos, pero luego se despreocupa sin fiscalizar en donde invierte su dinero. Es ahí donde debe existir un cambio de mentalidad, es ahí donde debe nacer la nueva mirada.

 

El gobierno debe mirar la educación como un bien que se da a si mismo, como una inversión hacia el futuro. Para los que le gusta las expresiones del sector privado, se podría decir que sería bueno que el Estado, en este caso, se pensara a si mismo como un cliente que exige educación.

 

Ningún gobierno debe sólo entregar beneficios, si no que además debe establecer todas las regulaciones, modificaciones y mecanismos de control necesario para saber que su dinero se está invirtiendo de buena manera. Al verse como un consumidor, el Estado podría exigir a las instituciones del sector público o privado un estándar mínimo de calidad que, hoy por hoy, no existe y cuya ausencia provoca las más tristes diferencias en la educación de nuestros niños y jóvenes. Tenemos colegios que no dan ni los más mínimos conocimientos a sus estudiantes y universidades que se preocupan más de recibir las mensualidades que de hacer buenas clases. Es una realidad que todos conocemos.

 

Lamentablemente, ya no se puede esperar a que cada institución resuelva cada problema por si misma. Se requiere un cambio profundo de raíz y eso sólo lo puede realizar el Estado, cambiando la mirada y realizando una gran reforma a la educación.

 

Partiendo, por supuesto, por una mayor regulación de la calidad de los establecimientos y de los conocimientos que estos entregan.

 

Es mi deseo que, más temprano que tarde, podamos entregar una buena educación en nuestro país. Tristemente, el gobierno actual no ha dado muy buenas señales y a través de materias tan básicas como la de subir el pasaje escolar a 150 pesos, ha perjudicado a gran parte de los estudiantes de Chile.

 

Esperemos que, por el bien del país, este sea un hecho aislado que tenga pronta solución y no una señal de lo que se viene. No me gustaría escuchar en un futuro, para la educación, la misma explicación que se dio para el alza del pasaje: “El Transantiago debe autofinanciarse”. El día que se intente privatizar completamente la educación para que esta pueda autofinanciarse, estaremos hipotecando el futuro del país.

 

Es por eso que espero de todo corazón, dejando de lado cualquier color político, que el gobierno de Sebastian Piñera pueda tomar las decisiones correctas y solucionar prontamente un tema tan delicado como lo es la calidad en la educación. Porque para mi: Hipotecar la educación, es hipotecar el futuro del país.

 

Y, ese, es un lujo que no podemos darnos.

 

 

Gerard J. Toro

Socio Fundador de  www.paisproactivo.cl

El autor de esta columna de opinión es estudiante de tercer año de la carrera de administración pública de la Universidad de Santiago de Chile. Además realiza labores como ayudante de investigación para el Departamento de Gestión y Políticas Públicas de esta casa de estudios.

 

Nota: Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quién las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.paisproactivo.cl

 

 



 
 
 
 

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