Las cosas como son
En los últimos tres meses en Chile, se ha podido ver un gran despertar de la sociedad civil, contra la clase política de nuestro país. Con esto no se pretende decir que anterior a este tiempo se haya estado dormido, sino que posiblemente era una situación de “en espera”. No se puede olvidar, que desde el golpe militar de 1973 hasta la actualidad, los principales demandantes de cambios y generadores de revoluciones sociales, han sido históricamente los estudiantes y como estudiante, nos sentimos parte de este movimiento, pero lo menciono así para abstraerme al escribir esta columna.
La situación actual, podría ser vista como una gran crisis, básicamente política, pero lo que se ve es una enorme oportunidad, para que aquellos que toman decisiones, logren entender que el paradigma bajo el cual vivimos, está cada día más agotado.
Entendemos que esta explosión de demandas sociales, nacen principalmente bajo el alero de las demandas estudiantiles, por lo que nos parece imperante que sea ésta, la que logre transformaciones importantes en la funcionalidad del país.
Países como Finlandia, Corea del Sur, Singapur y Hong Kong, son catalogados como las naciones con los mejores sistemas educacionales del mundo y, como si fuese mera coincidencia, todos estos tienen a lo menos el 98% de la educación dentro del sistema público.
¿Cuándo nace el problema por el cual hoy se reclama y se exigen cambios?
La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar si nos remontamos al período iniciado desde el año 1980 cuando se generan las reformas educacionales que hacen que la educación en Chile sea lo que hoy es. Hoy se pueden encontrar colegios y liceos de carácter público (Municipales), particulares subvencionados y particulares pagados (privados). Así mismo, podemos encontrar que existen Universidades del Estado (Comúnmente llamadas tradicionales), tradicionales privadas (entre las que se encuentran la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Técnica Federico Santa María y la Universidad de Concepción) y privadas como la Universidad de Las Américas y la Universidad Central.
¿Por qué el no al lucro?
Este es sin duda el tema de mayor importancia para el movimiento estudiantil, pero la pregunta era por qué y la respuesta es simple. Hoy cualquier estudiante que bajo el actual sistema de ingreso a la Universidad (Prueba de Selección Universitaria), obtenga un promedio entre las pruebas de Matemática y Lenguaje y Comunicación de 450 puntos o superior a aquello, que ingrese a una Universidad acreditada (Pública, tradicional privada ó privada), tiene derecho, reuniendo ciertos requisitos mayoritariamente de carácter económico, a acceder a beneficios estatales, llámese becas, crédito con aval del Estado y Fondo Solidario, según corresponda. El problema por el cual entonces se exige el no al lucro, es que las universidades que “lucran”, lo hacen también con recursos provenientes del Estado, por lo que los dineros entregados a estas instituciones, no cumplen a cabalidad con el objetivo de su entrega, sino más bien, permiten el enriquecimiento no de las instituciones, sino de quienes las dirigen.
¿Por qué ahora?
Es una pregunta que muchos pueden y tienen el derecho a hacerse, pero la verdad es que el año 2006, bajo el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, la ya famosa revolución de los Pingüinos, también exigió cambios estructurales al modelo educacional, con lo que finalmente se obtuvo que se cambiara la L.O.C.E (Ley Orgánica Constitucional de Educación), por la L.G.E (Ley General de Educación), con efectos que aún son difusos de analizar o simplemente no existen.
Hacerse los sabios
Es realmente impactante ver como todos los políticos de la actual oposición, dicen tener la respuesta a las demandas ciudadanas, criticar al gobierno actual por su incapacidad de dar respuestas a las necesidades obvias de reformar la educación. Cabe recordar, que desde el año 1990 al año 2010, pasaron 4 gobernantes de aquella coalición por la casa de gobierno y, en esos 20 años, no hicieron más que reafirmar todo modelo dejado en el pasado. Modelo económico, político y obviamente el que nos atañe, el educacional. No vale tener la respuesta ahora y creer tener la solución a todos los problemas actuales si cuando se tuvo la oportunidad de hacer los cambios sociales relevantes, no se hicieron.
Actualidad
¿Recuerdan las dos universidades mencionadas en el listado de Universidades privadas? La Universidad de las Américas y la Universidad Central, actualmente son propiedades de un importante grupo económico nacional llamado Norte Sur, pero ¿quiénes preceden este grupo? Acá se puede encontrar a Alberto Etchegaray, el mismo quien fuese Ministro de Vivienda en el Gobierno de Patricio Aylwin. También a Sergio Molina, Ministro de Educación (Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle entre los años 1994 y 1996), Planificación (Gobierno de Patricio Aylwin). También en esta lista de personas se puede encontrar a Daniel Albarrán Ruiz-Clavijo, quien después de ser presidente de una importante salmonera, pasó a ser Subsecretario de Pesca en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar. Todas estas personas mencionadas, reconocidos Demócrata Cristianos (Partido de la coalición opositora al actual gobierno).
¿Por qué pensar que el actual sentir ciudadano es una oportunidad?
Está en nuestras manos hacer realidad lo que queremos para nuestro país. En lo personal, creo firmemente en la institucionalidad, de no ser así, no creería en el fiel rol que debe cumplir la Administración Pública dentro del Estado. Es el momento propicio para tomar decisiones en beneficio del país. Como en todo, siempre habrá diferencias, si hasta en el núcleo de la sociedad, la familia, las hay, no se puede esperar que no las haya entre lo que quiere una y otra parte de los Chilenos respecto de este tema, pero pensamos que basta con recorrer una conocida autopista concesionada de la región Metropolitana para darse cuenta de las increíbles diferencias que existen en nuestra sociedad. Para el autor de esta columna, no se trata de igualdad, sino de asegurar la “equidad”.
Puede que el desafío sea enorme, pero el país y su sociedad están lo suficientemente maduros como para enfrentar cambios que permitan que el acceso a la educación, salud, vivienda, entre otras tantas necesidades, sea no un privilegio, sin un derecho realmente garantizado.
Michael Martínez Zúñiga
Socio Fundador www.paisproactivo.cl
El autor de la presente columna de opinión es estudiante de Quinto año de la Carrera de Administración Pública, de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile. Realiza labores de apoyo a la investigación y extensión en el Departamento de Gestión y Políticas Públicas de la mencionada casa de estudios superiores.
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