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COLUMNAS DE OPINIÓN


FECHA: 12-09-2011
Educación Financiera

Escrito por Julio Varela Garriga
Columna de opinión que aborda la necesidad de educar a las personas para que tomen correctas decisiones en su economía familiar


Educación Financiera

Desde que se destapó el caso “La Polar” en junio del presente año hemos sido testigos de las diversas falencias, o en ciertos casos “las malas intenciones”, de los diversos actores del sistema financiero. Ha fallado la empresa (en especial sus ejecutivos), las instituciones fiscalizadoras, la empresa auditora externa y las corredoras de la bolsa. Nos hemos enterado, y no pocos sufrido, los diversos abusos que han tolerado sus clientes (muchos de ellos dueñas de casas y nanas
[1]) y de las grandes pérdidas sufridas por los diversos accionistas que vieron mermadas el valor de sus inversiones.

Ante tal presión en el Mercado, la bolsa chilena registró caídas en su valoración; el desprestigio de nuestra economía en el exterior, más una sensación de aumento del riesgo han presionado al país a mejorar las falencias en la fiscalización efectiva y su intensidad hacia las entidades crediticias. Las consecuencias llegaron al ámbito político al abrirse una investigación por parte de la Comisión investigadora de la Cámara de Diputados, la cual citó a la superintendenta de Pensiones (SP) Solange Bernstein y al ex director del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) José Roa para investigar las irregularidades cometidas por la empresa.

En relación a éste tópico la política pública se ha focalizado en el sistema financiero, es decir, en las instituciones de dicho ámbito con su respectiva fiscalización; en el cruce de datos y una mayor rigurosidad al momento de analizar la información y comprobar su respectiva veracidad. En otras palabras, un énfasis en el sistema institucional del Estado, en una revisión cuando ya están consumados los hechos. Sin embargo, hay otro problema por parte de la ciudadanía, en la cual el Estado ha actuado con vista gorda: Es la nula formación financiera que nosotros, como ciudadanos y consumidores, recibimos en el sistema de enseñanza básica y media.

Si entendemos que la educación nos debe entregar distintas herramientas para la vida cotidiana, además de ampliar nuestros horizontes del conocimiento, darnos oportunidad de ascensión social, ensanchar nuestra visión crítica del mundo, etc.;  Tenemos que contemplar que éstas deben abarcar el amplio espectro de la vida, desde la parte emocional, crear prevención para mantener una buena calidad de vida, hasta componentes que nos permitan obtener y mejorar nuestra subsistencia, tal es el caso de la educación financiera.

La formación financiera, que expresé anteriormente, es aquella que entrega nociones básicas acerca a cómo funcionan los diversos “mecanismos del dinero”. Es decir entender conceptos básicos como: el interés, flujo de caja, riesgo, incertidumbre, entre otros -A pesar de que estos conceptos posean un nombre altamente técnico son comprensibles-. El conocimiento de éstos conceptos nos permiten tomar decisiones con mayores grados de información, con lo cual se minimizan los riesgos. De ésta forma, obtenemos mayores “beneficios” al tomar decisiones más acertadas. En otras palabras, entenderemos el cómo debemos gestionar nuestro dinero para evitar sufrir los abusos que anteriormente expuse.

Un caso preocupante es ver el nivel de endeudamiento del segmento etario entre 15 a 29 años en el cual “el 57,3% ya posee deudas con casas comerciales y un 33,7% ya declara estar endeudados con tarjetas de crédito, (…) lo peor de todo es que un 29,2% de los jóvenes que han contraído deuda, se encuentra en mora, es decir, están atrasados en sus pagos[2]. Ésta situación, de por cierto más que preocupante, está provocando un circulo vicioso, pues personas que no generan ingresos, o lo que generan no alcanzan a cubrir el nivel de endeudamiento, están recién comenzando su carrera personal, no poseen suficientes entradas de dinero que les permitan salir de éste verdadero pozo financiero. En algunos casos, algunos recurren a sus parientes más cercanos para suplir las deudas ya contraídas; O simplemente, se ven obligadas a repactar su deuda, lo cual conlleva aumentar la cantidad a pagar debido a una re aplicación del interés.

Sin embargo, éste comportamiento no sólo se aplica a éste segmento etario, pues en el año 2.010 el economista Rafael Garay nos indica en entrevista con CNN Chile que “…En promedio tú tienes un chileno gasta el 52% de su ingreso líquido en pagar cuotas de créditos de consumo, que son aparte de los hipotecarios[3].

Este comportamiento ha sido denunciado en reiteradas oportunidades por distintos economistas. Señalando que el interés se transforma en un arma de doble filo. Pues aunque permite mejorar las condiciones materiales de vida al traer ingresos que se esperan obtener en el futuro, por parte del individuo que pide el crédito, trasladándolo al presente, y aplicando su conveniente interés a favor de la entidad crediticia por correr el riesgo al otorgar el préstamo; esto permite aumentar el consumo presente de las familias. Éste mecanismo, puede ser una verdadera soga al cuello, pues personas que no entienden y no planifican sus gastos se ven involucrados en una espiral “negativa” que los mantendrá pagando deudas durante muchos años de su vida “laboral activa” e incluso pudiendo llegar hasta el momento de su jubilación. Pues sí, constantemente consumen más que sus ingresos, estarán “inflando” aún más las deudas ya contraídas, sumándole nuevos préstamos y repactaciones. De esta forma evitaremos nuevos abusos como los que ejerció la multitienda la Polar en contra de personas que no poseían la educación necesaria para afrontar dichas decisiones y puedan informar a los organismos correspondientes las repactaciones unilaterales que sufrieron. Con esto, disminuiremos las asimetrías de información dentro del sistema crediticio.

Para concluir, es necesario potenciar la educación en un sentido amplio en nuestro sistema educacional básico y medio. Es innegable que esta enseñanza financiera nos permitirá mejorar las condiciones materiales de vida de nuestro país e incluso de salud mental de muchas personas que se ven superados por sus malas decisiones financieras y que presentan problemas de salud, como depresión por nombrar alguna. Con esto, entregaremos medios para afrontar los desafíos que cada día debemos sortear en nuestra vida cotidiana y superarlos de mejor forma.

Julio Varela Garriga

Socio Fundador de  www.paisproactivo.cl

El autor de esta columna de opinión es estudiante de quinto año de la carrera de Administración Pública de la Universidad de Santiago de Chile.

Nota: Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quién las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.paisproactivo.cl

Notas:


[1] Noticia: “Ex ejecutivo de La Polar: 65% de las repactaciones ‘eran dueñas de casa o nanas muy riesgosas’”. En EMOL:  http://www.emol.com/noticias/economia/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=492553 con fecha 14 de Julio de 2.011.

[3] http://www.cnnchile.com/economia/2010/09/14/un-chileno-promedio-gasta-el-52-de-su-ingreso-liquido-en-pagar-creditos-de-consumo/



 
 
 
 

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