EDITORIAL

Discurso Presidencial 2010

Como cada año en nuestra tradición republicana y de acuerdo a lo establecido por la Constitución Política de nuestra nación, el Presidente de la República debe dar cuenta ante el Congreso Nacional en pleno, del estado de la situación política y administrativa de nuestro país.

En el presente año, este mensaje presidencial tiene varias características especiales para su correcto análisis. Por una parte una cuenta inserta a sólo dos meses de un tremendo terremoto que sacudió a nuestro país y que aún nos tiene sumergidos en una emergencia en varios de sus territorios. Por otra parte este es el primer discurso presidencial de su excelencia el señor Sebastián Piñera Echeñique, un hombre representativo del sector político de centro – derecha.

Respecto de este último punto, había una gran inquietud en lo relativo a los anuncios y a los énfasis de su carta de navegación para los próximos cuatro años de gobierno. Alguno de estos anuncios formaban parte de su programa de gobierno y otros tantos eran dados a conocer en ese momento a la opinión pública.

Uno de los aspectos más resaltantes de este discurso, fue evidenciar algunos puntos de encuentro de esta cuenta pública con la entregada por los Gobiernos de la Concertación en años pasados: Énfasis en el sistema de protección social, mejorar la salud y la educación, entre otros temas.

Esta situación puede tener dos lecturas, la primera que evidenciaría una madurez de nuestro sistema político para construir importantes acuerdos de conducción para el país en una perspectiva de largo; la segunda podría ser eventualmente darnos cuenta que actualmente es difícil notar grandes diferencias entre bloques de centro izquierda y centro derecha cuando existe un sólo paradigma económico. Ambas lecturas pueden ser válidas y abren una importante posibilidad de discusión académica.

Por otra parte, el Presidente Piñera fue criticado por algunos sectores políticos, por proyectar anuncios y decisiones de políticas públicas más allá de sus cuatro años de administración. Esta situación también tiene varias aristas de análisis, porque evidentemente no se sabe con certeza cuál será el bloque gobernante en nuestro país en el período 2014 – 2018 y por ende será este bloque el que continúe la conducción política de la nación.

Sin embargo, la experiencia internacional nos evidencia que los países desarrollados han logrado tal grado de maduración entre otros factores, por proyectar sus políticas públicas más allá de los períodos de gobierno, respetando divergencias de visión de conducción de un país, pero integrando una perspectiva de largo plazo en asuntos públicos de impacto directo en su actual condición de desarrollo.

Este ejercicio democrático de cuenta pública al país, debe mantenerse como un importante bastión de nuestra institucionalidad y que nos posiciona en un sitial relevante en el concierto internacional.

Editorial Semana 24 al 30 de mayo de 2010