El problema no es la gratuidad, es la Calidad de la Educación
Cada vez que se discute o analiza el tema de la educación en lo general y en lo específico el ámbito de la educación superior, uno de los temas que primero sale a la palestra, es lo relativo a que la educación sea gratuita para todos los niveles, incluyendo la terciaria.
Ciertamente es un tema importante y que expresa los anhelos o aspiraciones de ciertos sectores de la sociedad, sectores políticos, grupos de interés, entre otros actores. Cada uno realiza un planteamiento con cierto nivel de detalle: Educación gratuita para todos, educación estatal con gratuidad y todas las desagregaciones posibles.
Si bien es cierto, los criterios y puntos de vista son válidos y legítimos a nivel de demanda y aspiración, creo que pierden el foco central de la discusión de política pública en educación en nuestro país: El problema no es la gratuidad sino que es la calidad.
La evidencia internacional muestra, que los sistemas educativos con mejores resultados en términos de aprendizaje y vinculación con las necesidades de desarrollo país, han puesto como eje de una política de Estado, la calidad de la educación y han hecho un profundo estudio y asimilación de los factores que influyen en lograr una educación de calidad.
Cuando ese acuerdo país es refrendado por todos los sectores políticos, sociales, económicos, y se fija un plan a largo plazo, los resultados muestran el real nivel de prioridad que tiene la educación como construcción social y como objeto de análisis e intervención en las políticas públicas.
Revisemos solo a modo de ejemplo algunos planteamientos y relatos del diario vivir, para darnos cuenta de la argumentación precedente:
· “Mi hijo y mi hija estudian en un colegio público, así es que difícilmente darán una buena PSU para entrar a la Universidad”
· “Me saco la mugre trabajando para pagarle un buen colegio a mis hijos, de tal forma de apoyarlos para que reciban una buena educación y el día de mañana se valgan por sí mismos”
· “No sé nada de inglés y estoy en cuarto medio en un colegio particular-subvencionado, si hubiera estudiado en un colegio cuico, podría hablar inglés sin problemas”
· “Bueno seamos realistas, hay educación por 1 dólar, 100 dólares y 1.000 dólares mensuales. Todos sabemos dónde están las diferencias al final del camino”
Podríamos seguir incluyendo relatos conocidos o escuchados por el común de la gente. En definitiva hay un elemento común. El problema es la calidad de la educación en Chile.
Cuando hay claridad y acuerdo en este concepto, entonces le damos complejidad a la discusión: ¡Queremos una educación de calidad para todos!
Bueno si queremos eso, el Estado, el sistema político y el conjunto de la estructura de la sociedad, debe buscar un gran acuerdo para salvaguardar la calidad de la educación sobre algunos pilares fundamentales: Equidad e igualdad de oportunidades. Si es así, las políticas públicas deben hacerse cargo de salvaguardar estos principios fundamentales esbozados como pilares y es ahí donde el Estado debe actuar como un gran protagonista.
Ya se logró insertar el kínder, educación básica y media como obligatoria y gratuita, la Constitución así lo establece. La cobertura ha aumentado en cada uno de estos niveles educacionales, sobretodo enseñanza media. Bueno ahora sigamos profundizando las acciones de política para mejorar la calidad de esta educación. Este esfuerzo nos puede llevar algunas décadas, pero si todos hacemos nuestros esfuerzos de verdad y en perspectiva de largo plazo, los resultados llegarán como lo logró hace ya un tiempo Finlandia, Singapur, Canadá, por nombrar algunos bueno ejemplos (claramente con realidades y contextos particulares).
La problemática en educación superior tiene otras aristas y otras dinámicas. Lo que hoy hay es un aumento de la cobertura, algunos grados de movilidad social obtenidos en base al aumento de la cobertura, y una profunda asimetría en la calidad de las instituciones de educación superior. Vuelve entonces el tema de la calidad. Tenemos en la actualidad 1 millón de estudiantes en la educación terciaria, sin una clara relación con la estrategia de desarrollo país.
Actualmente se invierten alrededor de mil millones de dólares de presupuesto público, hay un limitado rango de gratuidad y un amplio espectro de sistema de becas y créditos. Bueno cuando logremos superar el tema de la calidad del sistema, busquemos acuerdos en esta esfera de actuación, pero sin perder el norte primordial del actuar de ahora, que es la calidad.
Debe haber un gran acuerdo país para que esto ocurra. Yo en lo personal no creo en la educación gratuita para todos, creo firmemente en la equidad e igualdad de oportunidades, que ningún hombre o mujer en Chile no pueda estudiar por no tener recursos (por supuesto debe tener algún mérito y motivación por estudiar), pero la solución única no es la gratuidad.
Podría haber gratuidad para ciertos sectores de la sociedad (los que menos tienen), pero apostaría más bien por dar gratuidad en virtud de áreas estratégicas de desarrollo país, por ejemplo que muy buenos alumnos estudien gratis pedagogía. La evidencia internacional muestra que estos mecanismos pueden ser más eficaces.
La discusión da para mucho y sin duda esta columna puede profundizar en subtemas, sin perder el norte de la calidad de la educación como eje principal.
Una aclaración, no existe la educación gratuita, ya que siempre alguien debe financiarla. Si no la financia el alumno o la familia, la financian los privados o el Estado, ya que el dinero debe salir de algún lado.
Germán Sanhueza Muñoz
Director Ejecutivo de www.paisproactivo.cl
El autor de esta columna de opinión es Administrador Público y Magíster en Gerencia Pública. Actualmente se encuentra realizando un Doctorado en Educación.
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