Vulnerable: el adjetivo de destrucción social.
Del latín vulnerabĭlis, el adjetivo vulnerable según la Real Academia Española es aquel que puede recibir lesión física o moral. “Aquel que puede recibir”, método segregativo, desigual y de carácter tormentoso.
El Estado de chile y así su sociedad, ha utilizado el adjetivo vulnerable para explicar la pobreza y las faltas de oportunidades. En la educación existen los colegios y los colegios vulnerables, dos categorías. En las AFP existen los multifondos expresados en letras y la letra E de los grupos más vulnerables. En la estructura urbana existe La Dehesa, uno de los sectores más exclusivos y existe La Legua, uno de los sectores más vulnerables.
Así sin más ejemplos que dar, es evidente la categorización, una especie de valor agregado a la vida de aquellos con mayores ingresos y un menosprecio para aquellos que no poseen el dinero suficiente. Me detendré en la educación y hoy mirando las luchas por la reforma educacional (de la cual no me quejo, en cuanto ha significado un avance en las oportunidades por entrar a la educación superior) aún no se ha podido entregar las bases de una real igualdad de oportunidades.
En la etapa pre- escolar y entrando en la educación básica, la ciencia ha demostrado que ocurre con mayor frecuencia la plasticidad cerebral y la cognición, que es la capacidad que tiene el cerebro para alterar sus propiedades biológicas, físicas y químicas, en donde estas alteraciones son en mayor proporción producto de las experiencias y los factores de ambiente en los que se encuentran los niños. Por lo tanto, la reacción que tenga el niño, el estudiante, tiene relación directa en cómo se desarrolla en su ambiente escolar. Que a un niño le digan que estudia en un colegio vulnerable, solo la potencia de esta palabra lo hará entender que tiene menos oportunidades que otros estudiantes, solo el hecho de venir de un colegio vulnerable lo posiciona en el extremo de las desigualdades.
El valor de las palabras y las potencias de estas no son más que el resultado de una sociedad deprimida, carente de expectativas, porque de manera instantánea el mismo conglomerado de letras, utilizadas por expertos y por el gobierno hacen de Chile un país oprimente. Que aún se hable, por ejemplo, que los hijos de madres solteras son más susceptibles a caer en la delincuencia, en la drogadicción y ser más vulnerables, nos da a conocer la enfermedad colectiva presente en el país, asociada a la falsa moral que aún no deja el eje de la formación social.
El día en que a los niños y niñas de Chile no los evalué el mercado, cualquier reforma tendrá un color de satisfacción, porque mientras sigamos categorizando y matando el sueño y la inocencia de muchos, con palabras opacas y discriminadoras, estaremos lejanos a generar un país igualitario, por mucha gratuidad y beneficios, pues la igualdad de oportunidades es mucho más que eso, no se limita a un beneficio de Estado, es una conciencia externa.
El mercado nos mantiene enjaulados en la denominación “liberal”, que detrás de ello tiene la dominación de las personas, al igual que la globalización que nos acerca a la información y al contacto con los otros, pero nos sigue haciendo dependientes de los avances materiales, en valorar la imagen, creando expectativas que rompen en la frustración, limitando nuestra abstracción, creando “video niños” no niños, categoría que aumenta la inequidad.
Que se utilice más la palabra igualdad, paz y equidad entre nuestros niños y niñas, que son finalmente losencargados de guiar con nuevos pasos el futuro de un mejor país.
Mariela Delgado Silva
Columnista de www.paisproactivo.cl
La autora de esta columna de opinión se encuentra estudiando la carrera de Sociología en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica Silva Henríquez. Posee estudios de Ciencia Política en la Universidad de Artes y Ciencias.
Nota: Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quién las emite y no representan necesariamente el pensamiento de www.paisproactivo.cl
|
.jpg)
.jpg)
